La última vez que vi a Erika se convertiría en la primera vez que le tuve miedo al silencio, al vacío. Pocas cosas se recuerdan con tanta intensidad como la presencia casi celestial de alguien que vino para cambiarte la rutina, el modo de verlo todo y, por ende, la vida. Recuerdo aún los desvelos que pasé en compañía de aquella máquina de escribir y con…
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