En estas últimas semanas he estado recibiendo mensajes consultándome por qué he optado por Patreon para alojar a mi comunidad VIP de lectores en lugar de concentrar todo en Substack, o todo en Patreon. Hoy vengo a dar una respuesta detallada de las múltiples razones por las que, al menos por ahora, tengo que usar ambas plataformas para complementar la difusión de mi trabajo artístico.
Lo principal: la pasarela de pagos
Para poder pagar con tarjeta en cualquier web, se requiere de una pasarela de pagos que permita llevar a cabo la transacción.
Stripe
Substack, de momento, sólo ofrece Stripe como la única pasarela de pagos. Debo tener una cuenta de Stripe y conectarla con Substack para que la plataforma me permita aceptar pagos recurrentes por suscripciones de mis lectores.
El pequeño gran detalle es que no puedo usar Stripe, ya que esta empresa, aunque recibe pagos de todo el mundo, no opera en todos los países.
Hay soluciones, claro, y lo que el mismo Stripe sugiere es contratar su servicio Atlas, que en términos simples consiste en que ellos se encargan de crear una empresa en Estados Unidos a mi nombre para poder usar Stripe y, por ende, comenzar a aceptar pagos con esa pasarela. Pero este servicio no es nada barato. Se trata de 500 dólares, algo que no puedo costear. Sin mencionar los gastos en declaraciones anuales que acarrea el hecho de tener una empresa legal en Estados Unidos.
Aun si viviera en uno de los países en los que Stripe opera, necesitaría contar con una empresa legalmente constituida. Y no tengo una, al menos por ahora.
De modo que, aunque quiera centralizar todo mi trabajo literario aquí, no podría hacerlo. Ya de por sí, eso es determinante.
Pero hay más razones:
Interfaz
Substack es una plataforma hecha para blogs o boletines informativos, lo que implica que toda su interfaz gira en torno a eso. Es amigable con la lectura y, si soy sincero, me parece muchísimo más atractiva que Patreon para publicar aquí todos mis textos. Además, hay herramientas que permitirían un buen funcionamiento para una comunidad VIP, como un chat privado, canales exclusivos como las secciones, un apartado al que sólo podrían acceder aquellos que pagan.
Patreon, por su parte, es una plataforma orientada a las comunidades exclusivas. Desde siempre ha sido así y es más conocida, por lo que se especializan en dar esa experiencia a los usuarios con su interfaz intuitiva y de fácil manejo. Además que tiene funciones que Substack no, al menos no todavía.
Las diferencias se ven principalmente en sus respectivas aplicaciones. Si uno, como lector, quiere tener una experiencia completa de lectura en Substack (y con esto me refiero a ver detalles como las secciones, enlaces externos en la barra superior y el contenido de las columnas laterales), tiene que visitar necesariamente el blog desde una computadora, ya que desde la aplicación —incluso desde la versión móvil— es imposible ver estos detalles.
Patreon, en cambio, ofrece una experiencia más completa. Si visitas mi página desde móvil o computadora, podrás ver todo sin perderte de nada. Incluso la experiencia es mucho mejor desde la aplicación.
Funciones y herramientas
Colecciones y secciones
Algo que me gusta de Patreon es la organización de las publicaciones. Ahí puedo organizar por colecciones todo lo que publico. Debido a eso, he podido alojar ahí mis novelas, textos inéditos, artículos, y hasta el mismo pódcast, además de otras colecciones menores.
En Substack se puede, sí, pero si uno no quiere que unas publicaciones se mezclen con otras a pesar de compartir etiquetas, debe crear secciones. Y esas secciones siempre terminan por afectar el aspecto del blog, ya que es obligatorio tenerlas en la barra superior del blog; si uno las quita de ahí, desde móvil no se podrían ver, y es algo que no se puede cambiar. Cosas de diseño.
Tienda virtual
Este aspecto en Patreon es prácticamente nuevo. Cuando inicié, allá por el 2022, todavía no había posibilidad de crear una tienda virtual para la comunidad. Ahora es posible, pero en Substack esto no se ha implementado y dudo que lo hagan en un futuro cercano.
Junto con la integración de una tienda virtual, Patreon ha incluido múltiples herramientas para los creadores: crear códigos de descuentos, vender productos virtuales u ofrecerlos gratis para miembros de determinados niveles; además de que hay la posibilidad de vender publicaciones para aquellos usuarios que no quieren pagar una suscripción, pero que sí estarían dispuestos a comprar un conjunto de publicaciones en específico.
Múltiples niveles
Patreon tiene la función de ofrecer distintos niveles de suscripción, con sus respectivos precios y ventajas. Eso me permite diversificar los beneficios para cada miembro en función del nivel al que está suscrito.
Esto es especialmente útil teniendo en cuenta que el precio de cada nivel se regula de acuerdo a los beneficios: a mayor contenido, mayor tiempo de trabajo y, por lo tanto, lo justo sería una retribución que cubra todo ese tiempo invertido.
Un ejemplo específico son las descargas gratis de libros digitales. Mensualmente hago entrega de un libro digital hecho especialmente para miembros del nivel VIP y Superior. Son niveles que pueden descargar los libros sin cargo extra, ya que son los que, sencillamente, pagan más; mientras que los miembros del nivel básico, cuyo plan no cubre el precio de los libros, pueden acceder a ellos comprándolos, siempre con un código de descuento (otro beneficio que incluyo para todos los niveles).
En Substack no existe esta opción. No la he visto implementada en ningún blog, al menos. Lo que sí hay es la posibilidad de ofrecer un precio diferente por suscripción anual, pero no es posible ofrecer distintos niveles.
Experiencias nuevas con regalos
En diciembre pasado, Patreon implementó una función novedosa: membresía gratis. Quiere decir que puedo regalar membresía de forma temporal para nuevos miembros o miembros que han cancelado su suscripción con anterioridad. Esto permite que mis lectores disfruten gratis de la experiencia VIP, antes de optar por una suscripción de pago.
Esto en Substack, nuevamente, no es posible.
Aprovecho para recordarte que actualmente continúa vigente el regalo de membresía a mi comunidad en Patreon, hasta que termine abril. Si te gustaría unirte, haz clic aquí.
¿Por qué no pasar todo el contenido de Substack a Patreon?
Lo había intentado a finales del 2023. Pero la experiencia no me gustó del todo, principalmente por esto:
Ecosistema de comunidad
Algo que, sinceramente, disfruto muchísimo de Substack, es la posibilidad de descubrir buenas lecturas. Aquí he encontrado escritores interesantes, publicaciones a las que me he suscrito y que leo con frecuencia. Además, Substack permite que más personas visiten mi blog mediante recomendaciones en el mismo Feed de la plataforma gracias a la función Notes.
Esto no es posible en Patreon. O mejor dicho, no es posible al mismo nivel. Como miembro de Patreon, uno puede descubrir más creadores, pero, precisamente porque las páginas son de pago, no es posible ver todas las publicaciones de un creador y, por lo tanto, uno no puede tomar la decisión de suscribirse, ni siquiera de forma gratuita.
Si alguien se registra en Patreon, es para apoyar a un creador en específico. Patreon recomienda creadores, sí, pero si no los conoces es casi imposible que se te antoje pagar una suscripción.
Si alguien se registra en Substack, puede encontrar variedad de contenido gracias al algoritmo desde el primer día, y conocer a los autores y sus producciones antes de elegir convertirse en miembro gratuito o de pago.
Gracias a este algoritmo es que he podido llegar a más personas en Substack. En cambio, si gano suscriptores en Patreon es porque llegan desde mis redes sociales directamente. No tengo suscriptores que me hayan descubierto en el mismo Patreon.
En definitiva, tener un blog en una plataforma que funciona como red social también me hace sentir cómodo y esa es la razón principal por la que no pienso irme de aquí. De hecho, esa también es la razón por la que abandoné Blogger y WordPress, por ejemplo, incluso cuando estas plataformas tenían también comunidades integradas. Substack, en ese sentido, está a otro nivel.
Personalización
En Patreon, con todas sus funciones, no es posible personalizar el diseño de mi página, salvo las imágenes de portada y el color de los botones.
En Substack, en cambio, puedo personalizar más que eso: tipo de letra, color de enlaces, estructura de la página de inicio. Me da la opción de colocar mi logo y favicon a mi blog, lo que no se puede hacer en Patreon.
Además, Substack ofrece la opción de alojar el blog con un subdominio (hebersncnur.substack.com), algo que en Patreon no puedo hacer (patreon.com/hebersncnur).
Lectura placentera
A pesar del algoritmo y la implementación de características que poco a poco van acercando a Substack a la homogeneidad que ya comparten otras redes sociales como Facebook, Instagram y TikTok, aquí existe una atmósfera que percibimos los que llegamos huyendo del contenido corto y el ruido de la ploriferación de publicaciones en las redes ya mencionadas. Esa percepción es que aquí el tiempo pasa más lento. En que uno puede escribir todo lo que quiera, cuanto quiera, donde quiera, y leer todo lo que quiera, cuanto quiera y donde quiera.
Aquí el placer de leer y de escribir no entiende de tiempos, horarios o agendas apretadas. Eso es lo atractivo de Substack: que una vez que uno ingresa, el tiempo se ralentiza y se deja fuera cualquier asomo de prisa.
Aquí se sigue priorizando el contenido extenso: artículos, ensayos, reseñas, relatos, e incluso novelas. Es el lugar perfecto para seguir compartiendo trabajos que llevan tiempo escribir y no sólo imágenes con frases cortas o reels que duran menos de quince segundos (lo digo por mí, al menos, ya que eso es lo que publico en Instagram, Facebook, TikTok e incluso YouTube, recientemente).
¿Algún día me iré de Substack o de Patreon?
No lo descarto, pero debería tener una buena razón para hacerlo, y lo principal sería encontrar una plataforma que integre todas las funcionalidades en un solo lugar.
Por ahora, lo que requiero es: blog, boletín informativo, tienda virtual (y funciones complementarias como códigos de descuento, ventas por paquetes, alerta de carrito abandonado, etc.), comunidad de pago (con distintos niveles y beneficios), chat privado grupal e individual, implementación de pódcast, personalización de diseño total, implementación de dominio propio (o, como mínimo, un subdominio atractivo) y otras características que sólo he podido encontrar juntando Patreon, Substack y Gumroad.
Hasta ahora, la única que cumple con todas mis expectativas es Ghost, pero lo que me frena es el costo de suscripción. Eso y que, al tener ya dos plataformas para distribuir mi trabajo (o mejor dicho tres, si contamos Gumroad), sería tedioso trasladar toda la información a una nueva.
Otra opción que he visto en estos últimos días es Nas. Me atrae bastante, y puede que la use cuando quiera vender un curso.
Pero las cosas por ahora siguen funcionando bien tanto en Substack como en Patreon, así que no tengo razones de peso para irme.
Además, entrar en una nueva plataforma implica hacer que los lectores vuelvan a registrarse. Y eso también sería una molestia para ellos. Prefiero continuar compartiendo mi trabajo como lo hago por ahora.
Ambas plataformas funcionan como complemento
Ya de por sí, Patreon, al haber sido usado por millones de creadores de contenido durante años, se ha convertido en una plataforma casi obligatoria para quien desee monetizar sus creaciones. Y es ampliamente conocida por los usuarios, así que quien quiera crearse una cuenta ahí, sabe que hay garantía en la seguridad de los pagos, por ejemplo, o en que el contenido exclusivo llegue a las personas correctas.
Patreon funciona perfecto como complemento a las publicaciones que hago en redes sociales. Puedo usar Substack para atraer más lectores, compartir mi trabajo extenso, y al mismo tiempo como antesala a las publicaciones exclusivas que comparto únicamente en Patreon, además de otros beneficios.
Patreon me permite recibir los pagos que Substack no. Substack me permite ser descubierto por lectores de su red social. Patreon me permite vender archivos digitales, mientras que Substack me permite alojar mis textos con una estética literaria llamativa. Patreon me permite otorgar beneficios a los miembros de mi comunidad, mientras que Substack me permite alojar mi blog en un subdominio que se ve profesional. Patreon me permite entregar los episodios de mi pódcast de forma anticipada a los miembros de mi comunidad, mientras que Substack me permite distribuir los episodios de acuerdo al cronograma previsto.
En ambas plataformas me siento cómodo, y en ambas plataformas seguiré compartiendo mi trabajo.
Conclusiones
Está completamente descartado que cree una comunidad VIP aquí en Substack, en especial porque, como mencioné líneas arriba, aunque quisiera, no podría: me limita el hecho de no contar con una cuenta de Stripe, algo obligatorio si uno quiere activar las suscripciones de pago.
Considero que cada plataforma tiene sus ventajas y desventajas, además de un público objetivo. Substack está hecha principalmente para escritores, mientras que Patreon se adapta a las necesidades de todo tipo de creadores: diseñadores, deportistas, escritores, audiovisuales, cantantes, músicos, etc. Es de esperar, entonces, que Substack priorice la experiencia de lectura, mientras que Patreon esté llena de funciones más variadas para suplir múltiples necesidades dependiendo del tipo de publicaciones que se quieran compartir.
No pienso irme a ninguna otra parte.
Mi experiencia en Substack y Patreon es gratificante, y he recibido muchísimo apoyo en ambos lugares. Las funcionalidades de ambas plataformas me incentivan también a seguir compartiendo más de mi escritura, además de mejorar aquello que ya disfruto hacer: escribir, diseñar, grabar, editar. Todo, como siempre, para entregar lo mejor de mí a aquellos que me entregan su tiempo: mis lectores.
Hasta aquí conmigo. Si tienes alguna duda o consulta sobre lo que he escrito, te invito a responder este correo, dejar un comentario o enviarme un mensaje directo. Siempre respondo.
Si te gustaría apoyar mi trabajo con algo más que leerme —siempre que esté en tus posibilidades, desde luego—, puedes invitarme un café.
¡Saludos!