Erika volvió. O, mejor dicho, fui a por ella. Nos encontrábamos sentados a la mesa de su casa. Había regresado hacía apenas unos días, y se estaba replanteando iniciar de nuevo con su vida. Ahora era su madre la que estaba ausente, me explicó. Fue a visitar a una hermana suya a otra ciudad.
—Erika, quiero que sepas que te he echado de menos. Han pasado m…
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